Fuente: fotocasas
vivienda. Es, en definitiva, el paso más importante del proceso y, por ello, hay que saber muy bien lo que se acepta. Y es que aún existen cláusulas abusivas en la mayoría de los contratos de compraventa. De hecho, según la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), es ‘una práctica habitual’.
Tanto es así, que en un análisis ha localizado una media de casi cinco cláusulas abusivas (4,74) por cada contrato de compraventa.
Es más, sólo uno de los documentos podría considerarse ‘equitativo y transparente’, aunque la sociedad reconoce que ‘los contratos examinados representan una pequeña muestra respecto al total nacional’.
Entre las prácticas abusivas más frecuentes, la CECU señala la imposición de los costes de titulación al comprador, la subrogación a una hipoteca, la imprecisión en la fecha de entrega de la vivienda y, entre muchas otras, la limitación al comprador del derecho a elegir notario.Falta de información.
En vista de esta situación, la Confederación hace hincapié en el desconocimiento de los consumidores respecto a los derechos con los que cuentan a la hora de firmar los contratos.
Aunque no es en el único terreno en el que la falta de información hace mella: el desconocimiento también es generalizado en cuanto a las vías de reclamación de las que dispone el comprador, así como también de interponer quejas.
La CECU alerta de una ‘falta de plasmación y reflejo práctico’ de las medidas que se adoptan para proteger los derechos de los compradores.
De ahí que no dude en hablar de una ‘sensación de impunidad’ por parte de las promotoras y que justifica a través de la dificultad para detectar irregularidades y la confianza de que el comprador no impugnará las cláusulas abusivas.
El control administrativo y la clarificación legislativa se hacen, de este modo, necesarios. A ello deben unirse campañas informativas tanto de los derechos con los que cuenta el comprador como de las vías de reclamación.
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